Qué no es un coach y cómo elegir el apropiado

Si estás pensando en contratar los servicios de un profesional para llevar a cabo un proceso de Coaching debes tener presente qué es y que no es “Coaching” y, posteriormente, qué requisitos debería cumplir un “buen coach” para su elección.

¿Qué entendemos por Coaching?

Se empieza a hablar del Coaching como tal en la década de los 80 en Estados Unidos, siendo Tim Gallwey con la publicación de su libro “El juego interior del tenis” uno de los precursores de la disciplina que posteriormente fue desarrollada en Europa por John Whitmore.

Para John Whitmore, “El coaching consiste en ayudar a alguien a pensar por sí mismo, a encontrar sus propias respuestas, a descubrir dentro de sí su potencial, su camino al éxito; en definitiva a conseguir sus propios objetivos, ya sean personales o profesionales“. “Liberar el potencial de una persona para incrementar al máximo su desempeño. En ayudarle a aprender en lugar de enseñarle”

Por su parte, Tim Gallwey pone el foco en la importancia de la conversación; “El Coaching es el arte de hacer preguntas para ayudar a otras personas, a través de aprendizaje, en la exploración y el descubrimiento de nuevas creencias que tienen como resultado el logro de los objetivos”.

Personalmente, cuando explico qué es el Coaching suelo hablar que la vida es como un viaje en tren; de vez en cuando hay que pararse en una estación y ver si se quiere seguir en ese tren, con esa compañía y esa dirección. Ganar foco y poner en valor aquello que te llena. Y para ello hay que tomar decisiones y pasar a la acción introduciendo cambios.

Principales tipos de Coaching

Según la parcela o ámbito que se quiera trabajar nos encontramos con las siguientes especialidades:

Coaching Personal: Facilita el desarrollo “potencial” de las personas para alcanzar objetivos realistas y como cambios duraderos a nivel personal.

Coaching Ejecutivo: Hace referencia al desarrollo del liderazgo y explora las habilidades de dirección y de comunicación interpersonal o el rendimiento.

Coaching Deportivo: Se centra principalmente la motivación y el desarrollo del potencial del deportista junto con el empoderamiento y las habilidades de liderazgo en su campo de actuación. Pone el foco en el rendimiento.

Una vez analizado qué se entiende por Coaching y sus principales modalidades, y qué parcela queremos trabajar, debemos plantearnos a “quién elegir”.

¿A quién elegimos? ¿En qué nos basamos?

Para empezar, huye de todo aquel que no tenga ningún marchamo de calidad en la materia que acredite su formación y especialización.

¿Acudirías a un médico o un abogado sin formación ni experiencia? No, ¿verdad?

Como toda profesión, está llena de oportunistas y gente sin escrúpulos que puede desprestigiar y menoscabar el trabajo profesional cuando éste es llevado de forma incorrecta.

Partimos de la base de que no existe una formación reglada como tal, si bien algunas universidades ya están acuñando títulos propios al respecto. Generalmente, la formación se lleva a cabo por centros formativos cuyos programas cumplen los requisitos de las principales organizaciones privadas a nivel nacional e internacional. Sin ánimo de exclusión, y a título de ejemplo, las principales son ICF, AECOP y ASESCO, que cuentan con unos estándares de calidad contrastados y de referencia en el sector.

Además de cumplir con sus respectivos códigos deontológicos, sus miembros deben seguir formándose en la materia para actualizar sus conocimientos y así ofrecer un servicio óptimo a sus clientes.

Pregunta a tu Coach dónde se formó y a que organización pertenece. Si no hay respuesta o ésta no es convincente ya sabes a lo que te expones.

Un proceso de Coaching es un método que cuenta con controles y herramientas que aseguran su calidad. Acuerdos de confidencialidad, cuestionarios de autodiagnóstico, planes de acción, bitácoras de seguimiento, así como otros modelos para plasmar el avance y compromiso del Coachee (cliente). Si no te los ofrecen plantéate la conveniencia y calidad del servicio.

Por otra parte, debes tener en cuenta que un Coach no es un mentor, ni un terapeuta, ni alguien que te va a dar consejos. Si buscas eso en un proceso de Coaching perderás el tiempo y el dinero.

Un proceso de coaching es un proceso activo, desde la toma de conciencia y la responsabilidad de aceptar el reto que supone el cambio y el aprendizaje. Porque es eso lo que buscamos implícitamente; un cambio. En nuestra mano está que éste sea transformacional y se instale en nosotros o sea una moda pasajera, en cuyo caso no habrá servido de nada el proceso.

¿Qué es más duradero y transformativo, que una persona “aprenda a pescar” o ponerle el plato de pescado en la mesa? Si te ofrecen lo segundo no estás en un proceso de Coaching.

Podemos acceder a un proceso de coaching para encontrar el equilibrio, conocer cuáles son nuestros verdaderos objetivos y proyecto de vida. Gestionar de manera eficiente nuestras emociones, eliminar creencias limitantes, reforzar la autoestima, saber gestionar el tiempo, resolver conflictos y autoconocerse son, entre otros muchos aprendizajes, lo que nos va a permitir éste proceso según el objetivo establecido.

Un buen Coach debe tener la capacidad de ver a las personas no como son, sino como pueden llegar a ser. Su mejor versión.

Brian Weiss, en su libro «Muchas vidas, muchos maestros» dice […] Es como si dentro de cada persona se pudiera encontrar un gran diamante. Imaginemos un diamante de un palmo de longitud. Ese diamante tiene mil facetas, pero todas están cubiertas de polvo y brea. La misión de cada uno es limpiar cada una de esas facetas hasta que la superficie esté brillante y pueda reflejar un arco iris de colores. Ahora bien, algunos han limpiado muchas facetas y relucen con intensidad. Otros sólo han logrado limpiar unas pocas, que no brillan tanto. Sin embargo, por debajo del polvo, cada persona posee en su pecho un luminoso diamante, con mil facetas refulgentes. El diamante es perfecto, sin un defecto. La única diferencia entre las diferentes personas es el número de facetas que han limpiado. Pero cada diamante es el mismo y cada uno es perfecto […]

Un buen Coach verá el “diamante” de su Coachee (cliente) y guiará en todo el proceso de cambio y aprendizaje. Si tú Coach no cree en ti …

Por último, ningún buen Coach, ni ningún profesional que se precie, trabaja gratis o a precios fuera de mercado. Desconfía de las “rebajas” o promociones sospechosas producto más de la desesperación que de la calidad del servicio que oferta.

Recuerda “si siempre haces lo mismo, obtendrás los mismos resultados. Introduce cambios en tu vida” y permite que te acompañe un buen profesional.

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