Reuniones Contigo Mismo: Tan necesarias como poco utilizadas

¿Es malo estar sólo?

Pues depende del caso… Somos seres relacionales y disfrutamos de la compañía de nuestros seres queridos y amistades. Gracias a la interrelación con otras personas crecemos y nos complementamos, incrementando así nuestras posibilidades a nivel personal y profesional.

“Si caminas solo, llegarás más rápido; Si caminas acompañado, llegarás más lejos” … Pero hay que añadir; «siempre que elijas tu propio destino y no a cualquier precio …. «

Como en un país, la autarquía no es la mejor solución. Al final se entra en un estado de entropía que hace que cualquier organismo, empresa o persona acabe por apagarse o anularse.

Cuando no compartimos,  el conocimiento se estanca. No fluye la diversidad de opiniones y, por tanto, nuestra visión de la realidad es más reducida y pobre.

Lógicamente somos seres emocionales. Que disfrutamos de compartir experiencias. El reconocimiento, la gratitud, la alegría, la empatía y la felicidad se fomentan cuando se comparten experiencias que generan emociones. Generamos vínculos que quedan grabados en nuestra retina y permiten exteriorizar aquello que sentimos, nos legitima y hace estar en equilibrio con nuestro entorno.

Como todo, la virtud está en el término medio. Hay personas con baja autoestima y/o falta de asertividad que tienen pánico a estar solos. Éstas, en muchas ocasiones, se ven “arrastradas” por la necesidad de complacer al resto. Ponen su foco y, por ende, su felicidad, en complementar a otros en detrimento suyo.

Las consecuencias son lógicas. Al final acaban siendo un sucedáneo; una persona pasivo-dependiente, que no tiene actitud crítica y que basa su felicidad y bienestar en otros. Muchas veces se “auto-engañan” con frases del tipo: “Yo no sé estar sólo”, “me encanta salir” o “se me cae la casa encima”.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando una persona decide estar sólo puntualmente o tener sus ratos «consigo mismo»?

Gustavo Piera, en su libro “El Arte de Gestionar el Tiempo” de Alienta Editorial, acuña el término “RCMM”: Reunión ConMigo Mismo.

Esos momentos en los que es necesario poner el foco de atención en uno mismo,  para poder evaluar desde la calma interior qué hacer o no sin las influencias externas que a veces nos hacen perder la visión de nuestros actos.

Estar sólo es una elección, siempre que sea saludable y no obedezca a ninguna patología. Y es perfectamente compatible con una vida equilibrada y social. Ecológica para ti y que no genere dependencias externas que nos desvirtúen.

Porque para ser pareja, padre, compañero o cualquier otra fórmula primero se ha de ser persona. Aquí juega un papel importante el autoconocimiento, saber cuáles son nuestras motivaciones, metas, recursos, fortalezas y áreas de mejora, así como nuestra propia entidad y misión en la vida como personas.

Dedicar tu tiempo a ti es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Desde leer un libro, hacer deporte, ir al teatro o simplemente descansar con alguna actividad que sea placentera y te reporte el equilibrio necesario para poder generar relaciones sanas y armónicas.

Al fin y al cabo, nacemos con todo lo necesario de serie para ser felices. No somos un complemento de nadie y la dependencia solo genera más dependencia.

Hoy en día nuestra sociedad y el avance tecnológico permiten un estado o falsa creencia de “no soledad” con las redes sociales. Esa conexión, a veces carente de realidad, nos hace estar o vivir un estado de “compartir” que puede llevarnos a un aislamiento inconsciente en el que, además de “no estar con nosotros mismos”, nos volcamos en “pseudo-amistades” que nos vacían cada vez más. La red, como toda herramienta de comunicación, es un vehículo que la globalización nos ha brindado para comunicarnos, rompiendo barreras físicas y dotándole de una inmediatez y viralidad sin precedentes. Sin embargo, no debemos caer en el error de que éstas sustituyan nuestra capacidad ni oportunidades de compartir con un amigo un café o cerveza. O simplemente “estar contigo mismo” disfrutando de tus momentos y sueños.

Con todo, te invito a que respondas a las siguientes preguntas desde la sinceridad:

  • ¿Cuántos amigos tienes vs conocidos?
  • ¿Te has parado a pensar cuándo fue la última vez que tuviste una “reunión contigo mismo”?
  • ¿Realmente haces las cosas porque quieres o bien por temores o falsas creencias de “estar sólo” y no “agradar a otros”?
  • ¿Has puesto en valor aquello que te llena y hace feliz?
  • ¿Necesitas “gente” por alguna carencia tuya o porque realmente te apetece?
  • ¿Te conoces a ti mismo?

Las soluciones radican en ti. No dejes que otros decidan por ti. Eres único e irrepetible como para vivir la vida de otros en lugar de la tuya.

Y estar “contigo mismo” es una opción más … no la descartes.

 

Potencia tu talento

    This site is registered on wpml.org as a development site. Switch to a production site key to remove this banner.